¿Cómo se habla del abuso sexual infantil en las series de televisión?

Muchos abusadores envuelven el abuso sexual infantil con amor y muchos menores no están preparados para entender lo que se les pide. La asimetría de edad, de madurez evolutiva, impide la verdadera libertad de decisión del niño, niña o adolescente.

Imatge propietat de CCMA
Imagen propiedad de CCMA

Sobre este punto nos permite reflexionar el último capítulo de la serie ‘Nit i Dia’ (TV3). En una de les escenas, la Sara (interpretada por Clara Segura) relata a Lluís (interpretado por Pablo Derqui) la relación con su padrastro cuando ella era menor de edad. Unas vivencias y recuerdos que ella confunde y que le hacen hablar de él como si fuera su primer amor. En este punto de la escena es importante fijarse en la respuesta de Lluís:

“Tu tenías 13 años. Hay cosas… Las cosas son como son, hay cosas que no se pueden hacer. (…) Este hombre abusó de ti”.

Lluís pone nombre a eso que pasó y eso, sin duda, es muy importante. Él hace el papel que necesitamos que tenga la sociedad cuando este relato se produce en una situación real. Tenemos que estar preparados para llamar a las cosas por lo que son y, a partir de aquí, podremos actuar en consecuencia.

Otro concepto importante sobre el que nos permite reflexionar la escena de ‘Nit i Dia’ es el de la participación. En un momento de la conversación, Sara le dice a Lluís:

“¿Lo ves cómo no lo puedes entender? Lo hicimos los dos, los dos nos volvimos locos”.

No podemos olvidar que el abusador siempre hace sentir al niño o niña como parte activa de lo que está pasando y, por lo tanto, el menor se siente responsable y, en consecuencia, culpable. Ser adulto significa velar por el bienestar del niño o niña que tiene a su cargo, sea cual sea la relación. En el caso de la situación que plantea la serie, el padrastro de Sara propició que ella viviera la experiencia de esa manera y en ningún momento lo paró. El abuso sexual es un abuso de poder por parte de la persona abusadora sobre la víctima.

Cursos de Verano | Abuso sexual infantil: prevenció – sospecha – actuación

Panorámica sobre el abuso sexual infantil, con un prisma eminentemente práctico, esperanzado, que fomenta la empatía y ayuda a comprender el complejo entramado de factores y responsabilidades que todos tenemos alrededor de esta temática.

Como cada año, este verano volvemos a ofrecer el curso de 30 horas de la Fundación Vicki Bernadet sobre detecció, intervención y prevención de los abusos sexuales en la infancia. Esta formación está dirigida a profesionales (salud, educación, servicios sociales, justicia, cuerpos de seguridad,…) y a estudiantes que quieran profundizar en esta temática.

➡️ DESCARGA EL PROGRAMA DEL CURSO

Duración: 30 horas
Precio: 180€
Fechas: 3, 4, 5, 10, 11 i 12 de juliol. De 15.30h a 20.30h en la sede de la Fundación en Barcelona
Profesorado: Pilar Polo, Vicki Bernadet y Núria Martí

Información para inscripción a los cursos de verano de la Fundación Vicki Bernadet

Cursos de Verano | Victimización sexual infantil a través de internet

Aproximación al fenómeno de la victimización sexual infantil a través de internet desde la perspectiva de la victimología del desarrollo y la teoría de la oportunidad delictiva que ayuda a identificar las diferentes formas que adopta el abuso sexual infantil en el ciberespacio, comprender la dinámica  victimogénica y el impacto diferencial respecto del abuso tradicional, con una clara orientación hacia la prevención eficaz y la corresponsabilidad.

➡️ DESCARGA EL PROGRAMA DEL CURSO

Nuevo curso de la oferta formativa de verano de la Fundación para conocer e identificar las formas de abuso sexual infantil que se producen a través de Internet. Está dirigido a profesionales del ámbito educativo, educadores sociales y estudiantes.

Duración: 3 horas

Precio: 45€

Fechas: 20 de julio de 16.00 a 19.00h en la sede de la Fundación en Barcelona.

Profesorado: Irene Montiel

Información para inscripción a los cursos de verano de la Fundación Vicki Bernadet

Cursos de Verano | El proceso penal en el abuso y la agresión sexual de menores: estudio de casos

Desde la mirada del abogado, transversal en todo el proceso judicial, analizaremos desde la práctica las consecuencias de las acciones y el alcance de las responsabilidades  de los diferentes agentes que intervienen desde el momento de la sospecha hasta el final del proceso judicial.

Nuevo curso de la oferta formativa de verano de la Fundación en el que durante tres sesiones profundizaremos en el proceso penal de menores a través de distintos casos que nos ayudarán a entender las diversas situaciones del proceso judicial. Está dirigido a estudiantes de derecho, profesionales de la red de protección, profesores y profesionales que trabajan con la infancia que quieran entender con mayor profundidad cómo funciona el proceso judicial cuando la víctima ha sufrido algun tipo de abuso o agresión sexual.

➡️ DESCARGA EL PROGRAMA DEL CURSO

Duración: 9 horas
Precio: 100€
Fechas: 4, 5 y 6 de septiembre. De 16h a 19h en la sede de la Fundación.
Profesorado: Núria Martí

Información para inscripción a los cursos de verano de la Fundación Vicki Bernadet

Me muestro sin vergüenza

Hace cinco meses, seis personas que han sufrido abusos sexuales en la infancia y que están en terapia en la Fundación se embarcaron en una nueva aventura: un taller de fotografía participativa de la mano de Photographic Social Vision. El objetivo era que la fotografía se convirtiera para ellos en una nueva herramienta para mostrar unos sentimientos que no podían o les costaba expresar con palabras. Para nuestra entidad, además, ha supuesto explorar un nuevo camino para ayudar-les a recuperar el protagonismo de su historia.

Cinco mujeres y un hombre que a lo largo de este trayecto nos han enseñado su mirada a través del objetivo. El abuso sexual es un abuso de poder y las personas que han sido víctimas muchas veces sienten que han perdido su poder, su voz. Este taller ha servido para que nos expliquen aquello que ellos han querido. Esto quiere decir volver a tener voz y decidir por uno mismo qué y cómo quieres explicar y qué no.

Fotografia amb algunes de les participants al taller de fotografia participativa
N.L.P.

Exponerse a los otros

Durante estos meses y acompañados por un equipo de Photographic Social Vision y una psicóloga de la Fundación, cada semana escogían algunas de las fotografías que habían hecho para compartirlas con el grupo. Hablaban de las imágenes pero, evidentemente, estas conversaciones no quedaban aquí. Cada sesión ha sido también un ejercicio para colocar sus emociones y sus experiencias. Cómo me veo, cómo me han hecho sentir, cómo me quiero sentir,…

También ha sido importante que todas estas personas estén a su vez en un proceso de terapia individual en la Fundación. Esta se ha enriquecido de toda su evolución en el taller, de todos los descubrimientos y de lo que han podido compartir con los compañeros y compañeras que han pasado por una situación similar a la suya.

Una de les fotografies de l'exposicó Materia Sensible
N.L.P.

Material Sensible

A los dos meses de empezar el taller de fotografía, se inició una nueva etapa: pensar en la exposición final de su obra. Decidir qué fotografías son las elegidas, cuáles (por más que gustaran) había que quitar, cómo lo iban a estructurar,… Y también (y muy importante) ser conscientes que se iban a mostrar hacia el exterior. Y eso requiere valentía.

Treball en grup del taller de fotografia participativa
Mireia Plans

Estos cinco meses (que se han hecho cortos) no han sido fáciles. Y, aunque suene a tópico, ha habido de todo. Momentos dolorosos, alegres, de superación, de auto conocimiento, de vernos en la experiencia del otro,… Nosotras estamos muy orgullosas de todos ellos. Aprender fotografía ha sido parte del taller pero, más allá de la técnica, han tenido que colocar emociones, compartir miedos y aceptar la mirada crítica de los otros.

Ahora, este recorrido da un paso más el 6 de julio. La exposición Material Sensible es el resultado de este taller que se podrá ver en la galería Projekteria de Barcelona entre el 6 i el 27 de julio. Estas personas se muestran a todos, nos muestran sus historias y sus emociones.

¡Os esperamos a todos!

Galeria Projekteria a partir del 6 de juliol

Arranca el programa CaixaProinfancia para el curso 2016/2017

Por quinto año consecutivo, ponemos en marcha el programa CaixaProinfancia en la Fundación Vicki Bernadet para ofrecer atención psicoterapéutica a menores y familias víctimas de Abuso Sexual Infantil (ASI). Esta iniciativa de la Obra Social La Caixa se dirige a niños, niñas y adolescentes entre 0 y 16 años que se encuentran en una situación familiar y económica de riesgo de exclusión social y que presentan carencias en sus necesidades sociales.

Caixa Proinfancia integra a más de 170 entidades, asociaciones y fundaciones del estado español y ofrece diferentes servicios y recursos como la atención psico-educativa, apoyo a centros abiertos, actividades de ocio o ayudas a la primera infancia (de 0 a 3 años).

Objetivos del programa Proinfancia

1. Favorecer el desarrollo de las competencias del niño /a y el adolescente, y su familia que permitirán mejorar sus procesos de integración social y autonomía.

2. Promover el desarrollo social y educativo de la infancia y la adolescencia en su contexto familiar, escolar y social.

3. Desarrollar e implementar un modelo de acción social y educativa integral que contribuya a mejorar las oportunidades de desarrollo social y educativo de la infancia y sus familias.

4. Contribuir a sensibilizar y movilizar a la sociedad para la erradicación de la pobreza infantil.

Servicios de la Fundación dentro del programa

Gracias a este programa, la Fundación Vicki Bernadet puede ofrecer a niños/as y familias que están en situación de riesgo de exclusión social los siguientes servicios:

1. Atención o terapia psicosocial. Asesoria puntual (de 1 a 3 sesiones)

2. Atención psicoterapéutica individual continuada (de 15 a 30 sesiones)

3. Atención psicoterapéutica familiar (de 15 a 30 sesiones)

¿Necesitas más información?

Si quieres información para entrar al programa, llámanos al 933 189 769 para poder concertar una visita. También puedes contactar con nosotros si eres un/a profesional de los Servicios Sociales de base y quieres derivar a una familia a este programa.

Grupo Terapéutico para Jóvenes

El pasado mes de diciembre cerramos el año 2016 con la finalización del grupo terapéutico de jóvenes de edades comprendidas entre los 16 y 22 años.

En esta ocasión, se trataba de un Grupo Terapéutico para Jóvenes (grupo cerrado), de duración trimestral y periodicidad semanal de hora y media. Dicha modalidad se alterna con las sesiones de terapia individual que cada usuari/a mantiene con su terapeuta de referencia.

La intervención psicológica grupal es un tipo de intervención eficaz para tratar los efectos del abuso sexual infantil (ASI) y complementaria a la terapia individual. La Fundación ofrece una atención especializada y avalada por una larga experiencia en el tratamiento grupal.

Las personas que integran el grupo terapéutico buscan en este un apoyo que les sustente y les acompañe en su proceso de recuperación y elaboración de la experiencia traumática. Para ello, resulta clave estimular la cohesión grupal y favorecer entre sus miembros un vínculo afectivo y de confianza necesario para el favorable desarrollo y evolución del grupo.

El hecho que los integrantes del grupo hayan pasado por la experiencia del abuso facilita situarse respecto el propio proceso mediante el proceso del resto de los miembros, compartir sentimientos y experiencias, reducir el sentimiento de soledad y aislamiento, de estigmatización y de sentirse diferente. Todo ello permite romper el silencio en relación con lo sucedido, trabajar la sintomatología y los sentimientos negativos (vergüenza, culpa, rabia, impotencia, desconfianza) relacionados con los abusos sufridos y una reorganización cognitiva/emocional que disminuye el sufrimiento a favor de un mayor bienestar psicológico.

En este caso, el Grupo de Intervención Breve lo formaron 6 chicas jóvenes, destacando su fortaleza y espíritu de lucha como denominador común. Todas ellas han vivido la experiencia grupal como enriquecedora y positiva y con su testimonio animan a otras personas a participar en grupos, y ¡entre tod@s a romper el silencio!

Josep Mª Julbe, psicólogo del Equipo Terapéutico de la Fund. Vicki Bernadet

Árbol del cambio

Al final de la terapia de grupo las integrantes dejaron algunos mensajes que fueron colocados en un símbolico árbol del cambio. Aquí os los dejamos:

LEVÁNTATE, SUSPIRA, SONRÍE Y sigue adelante, porque si luchas por lo que quieres tarde o temprano llegará. Never give up!

– Dicen que las amigas son la familia que nosotras mismas elegimos y yo en este grupo he hecho mi propia familia. Gracias por aparecer en mi vida, chicas: Ester, Estrella, Karol, Marleny y Victoria. Fdo. Nay

– COMPRESIÓN. Amistad única

– AMOR. Empatía, apoyo, confianza, conexión, respeto, fidelidad, amistad, SE CREA EN UN GRUPO

– Hay un tiempo para todo: para vivir, para jugar y también para curar. ¡¡Si esperamos un poco podremos hacer grandes cosas en el futuro!!

– No permitas que tus miedos ocupen el lugar de tus sueños.

10 años de la Convención de los derechos de las personas con discapacidad. ¡Mucho trabajo por hacer!

Celebrar aniversarios redondos a menudo implica una revisión del trabajo realizado y de aquel que todavía queda pendiente. Tenemos deberes, es evidente, ¡y no pocos! No podemos, sin embargo, negar que ha habido avances muy importantes, un cambio de mentalidad en el derecho a decidir sobre la propia vida, en la modificación de leyes que garantizan derechos básicos y fundamentales y, ponen a las personas con discapacidad en un primer plano, hasta ahora, a menudo negado.

Este año, desde la Fundación Vicki Bernadet hemos llevado a cabo diferentes tipos de acciones. Entre ellas nos gustaría destacar algunas que tienen un significado más fuerte  y que esperamos que tengan un efecto positivo para ayudar al colectivo de gente con discapacidad a tener una vida más digna y de calidad.

Podemos finalmente tener una visión general de cuál es la prevalencia de los diferentes maltratos gracias a la investigación sobre las victimizaciones que afrontan las personas con DID y sus familias, llevada a cabo por Dincat, la Universidad de Barcelona y la propia Fundación Vicki Bernadet. Esta investigación nos muestra unos datos de prevalencia totalmente alarmantes, tanto a nivel de victimización general (donde 9 de cada 10 personas con DID ha sufrido una situación de victimización a lo largo de su vida), como a abusos sexuales, (1 de cada 2 mujeres y 1 de cada 4 hombres es víctima de los mismos). Estas cifras, pues, permitirán el desarrollo del arte. 16.1 de la Convención dado que facilitarán la adopción de medidas pertinentes en materia de protección, tanto a nivel legislativo, administrativo, social, como educativo.

La intervención terapéutica especializada para personas con DID no sólo para mejorar su calidad de vida sino también para reducir el alto riesgo de polivictimización que afecta al colectivo es esencial tal como se indica en el El art. 16.4. Desde la Fundación hemos apostado por la Danza Movimiento Terapia (DMT) para ofrecer un recurso posibilitador a aquellas personas, que por razones principalmente cognitivas, no pueden acceder a terapias verbales. Año tras año esperamos poder ir haciendo que el servicio llegue a más personas, dada la gran necesidad de atender al alto porcentaje de víctimas existente.

A nivel de sensibilización destacamos dos iniciativas que hemos elaborado este año:

– El vídeo pedagógico Indiscutible que afronta el derecho de las personas con discapacidad a disfrutar de una sexualidad libre, plena y consentida. En él se abordan tres temáticas: el derecho a decidir de las personas con discapacidad, los espacios y entornos de confianza y el abuso sexual y la credibilidad de las víctimas.

– El póster “Paremos los malos tratos” (descargable a pie de página) elaborado en el marco de una formación realizada a personas con DID que viven autónomamente o con apoyo en el hogar y que cuenta con los magníficos dibujos de la Dolores Torrents, una de las participantes en el mismo.

En total, hemos llevado a cabo acciones a través de las cuales hemos podido ayudar a un total de 1.063 personas. ¡Esperamos que en 2017 nos permita seguir avanzando!

Descarga póster ‘Paremos los malos tratos’

Sufrir A.S.I. – Artículo de ‘Temas de Psicoanálisis’ por Rosa Royo

Os presentamos el artículo Rosa Royo Esqués, psicóloga supervisora de la Fundació Vicki Bernadet,  publicado en el número de julio en la revista Temas de Psicoanálisis. Rosa es  especialista en Psicología Clínica y en Psicoterapia (EFPA/COP). Psicoanalista (SEP/IPA). Supervisora de instituciones especializadas en la atención al maltrato y el abuso sexual infanto-juvenil y la violencia familiar y Profesora del Institut Universitari de Salut Mental de la de la Fundació Vidal i Barraquer (URLl).

SUFRIR A.S.I. (Temas de Psicoanálisis -Jul. 16)

“Entre los niños traumatizados hay un gran

número de escritores, cineastas, pintores,

porque en el refugio de lo imaginario es

donde ellos pueden soportar el horror de lo real”.

Boris Cyrulnyck

Introducción

En la creatividad de los niños se puede encontrar la esperanza para sobrellevar, con suficiente salud, las vivencias traumáticas. He considerado necesario empezar un artículo que se centrará en el trauma que siempre conlleva el Abuso Sexual Infantil (ASI) destacando la fortaleza que precisan estos menores para recuperarse del trauma y mantener la esperanza de que podrán conseguirlo.

Las experiencias, las respuestas y el grado de afectación son tan variadas, que resulta difícil valorar el impacto traumático del ASI en las personas que lo han sufrido. En las reflexiones que aparecen en este artículo algunas de las víctimas se podrían ver reflejadas en un punto, otras en otro y quizás algunas en ninguno. Pero por desgracia todas ellas sabrán el significado de la palabra “trauma”.

Hay muchas definiciones de trauma según el ámbito del que se parta, pero una definición sencilla y que condensa elementos suficientes para su comprensión es a mi modo de ver: las consecuencias de una agresión externa que provoca una sensación intensa de malestar y que es difícil encontrarle un sentido o explicación.

El daño que excede la capacidad de ser entendido, que no es esperable, que confunde, suele devenir traumático. Los niños no esperan ser maltratados por sus familiares, amigos o personas responsables de su cuidado. Por ello el abuso sexual infantil se convierte en una experiencia con alto potencial traumático.

A medida que conocemos más sobre el ASI y adquirimos más experiencia en la asistencia a personas que lo han padecido, podemos hacer hipótesis más afinadas sobre qué representa sufrir este tipo de maltrato y sus repercusiones, tanto en la infancia como a lo largo de la vida.

Podemos apreciar aspectos que se repiten en los estudios que se realizan y en las personas que tratamos. Eso nos permite, además de comprender mejor su valor traumático, elaborar estrategias para ayudarles a recuperarse al mismo tiempo que tener más elementos de prevención social frente al ASI.

Entramado de variables

No obstante, para conocer el alcance traumático del ASI en cada persona individual, al igual que en cualquier otra vivencia dura e hiriente, necesitaremos pensar caso por caso. Hay muchas historias detrás del silencio. Cada situación es única y está compuesta de un entramado de variables de distinta índole y gradación que hacen más o menos compleja la experiencia.

En primer lugar deben tenerse en cuenta las variables que corresponden al hecho traumático en sí, tales como la vinculación con la persona que abusa, el tipo de abuso, la duración, la frecuencia, en qué condiciones se inicia y se acaba el ASI, y el contexto general del menor. En segundo lugar, las variables que corresponden al propio menor como son la edad, características personales físicas, psíquicas, sociales, sin olvidar la capacidad de la persona abusada para recuperarse del trauma.

Por último, las variables que derivan del abusador. Éste puede ir desde una persona que busca ser alguien en el mundo de los niños porque no lo puede conseguir en el de los adultos, hasta un perverso que sabe claramente el daño que ocasiona utilizando al menor para su disfrute personal u otros usos abusivos (pornografía, prostitución, etc.).

La interacción de estas variables será la que determinará la potencia del trauma. Por tanto, la violencia y el abuso, no se definirán solo por la intención del que los produce sino por los efectos (daños) producidos en el que los sufre. Por ejemplo, un abuso más sutil realizado por un familiar querido quizás pueda generar un daño psicológico mayor que una agresión sexual aislada hecha por un desconocido.

Círculo de seguridad y traición a la confianza

La potencia traumática del ASI se alimenta de la traición a la confianza del niño. El abuso se da mayormente en el círculo de convivencia o en el de confianza del menor. Es decir, en la familia o en los ámbitos cercanos como son los lugares que asiste habitualmente (escuela, actividades extraescolares, clubs). Si alguien de su confianza le violenta con el uso del engaño y el poder, ¿cómo podrá ese menor concebir las relaciones?, ¿qué sentimientos teñirán su mundo relacional? El ASI, en algún grado, afectará a la imagen que se construirá del mundo y por tanto también a la suya propia.

El riesgo es mayor cuanto más pequeño sea el niño, ya que no solo puede alterarse su concepto de las relaciones, sino que cuando el maltrato, el engaño, el abuso de confianza y poder se dan en un momento en el que el niño se está constituyendo como persona, se corre el riesgo de que el ASI pase a formar parte de las experiencias que se hacen mente y altere, más profundamente, su estructura de personalidad. En esas condiciones su identidad se verá comprometida.

Reconocer ASI

Cuando el niño es muy pequeño no puede registrar la acción abusiva porque aún no tiene una representación psíquica de aquello traumático. Se llama prepsíquicos a los traumas que no pueden ser reconocidos por la persona. El sujeto no estaba allí porque todavía no se había constituido como tal. “Lo traumático, al no ser propiamente una experiencia, no se constituye como memoria por lo tanto, no puede ser recordado, ni olvidado” (Jordán, 2001).

Las personas que sufrieron ASI en etapas muy tempranas, previas a la organización de los procesos intelectuales, generalmente no pueden recordar, y en su lugar reviven la angustia y sentimientos asociados a la situación traumática. Esta forma particular de resonar se asienta en la necesidad de la mente de recordar la situación traumática para intentar asimilarla. En esta línea se producen los conocidos flash backs, en los que la situación traumática que no ha sido procesada vuelve sin variación. Si no ha habido digestión los elementos regresan a la mente intactos y no son útiles para ser pensados, ni elaborados.

Las situaciones traumáticas tempranas no lo son siempre per se, pero resultarán enfermantes si el entorno del menor carece de capacidad de respuesta. De ser así no podrán transformarse en experiencia. Si el ambiente no provee lo necesario para validar el dolor de lo vivido, el niño pequeño no podrá pensarlas y el self incipiente caerá en la desorganización y la desintegración (Shane y Shane, 1990). En este sentido Anne Álvarez (1992) como parte de la terapia propone: “recordar para olvidar”. Una manera saludable de poder empezar a dejar de lado un trauma es cuando se tiene clara consciencia de que éste ocurrió.

Pervertir la fantasía

Los niños mayores tienen un aparato mental más desarrollado, aunque no lo suficiente como para imaginar que pueden sufrir abusos sexuales por personas de su confianza. La inocencia no les permite pensar que la seducción del abusador no es un juego sino una perversión.

Los niños elaboran fantasías sobre su relación con los adultos, imaginan “como si fueran mayores” tener pareja, bebés… Son elementos de crecimiento emocional, relacional y personal con los que procuran hacerse con el mundo que les rodea. Las fantasías saludables de generar amor, esperanza, etc. remarcadas por las experiencias reales, hacen que el niño instaure dentro de sí un mundo habitable. Pero cuando la realidad incide de forma brusca y demasiado intensa, como en el ASI, al niño le costará distinguir entre realidad y fantasía, generando de esta forma confusión y patología.

El pedófilo capta, a través de un juego perverso de seducción, las fantasías del niño, que falsea y degrada con un acto real. Cuando el niño es seducido por el pedófilo puede surgir cierta complicidad, que no habría de ser confundida con reciprocidad, ya que va asociada a la precoz “adultización” del niño, que es forzado a quemar etapas por medio de la materialización de lo que solo era una fantasía.

Si su fantasía se concretiza pierde su valor como elemento de maduración. Ya no es un juego sino la realidad misma. El niño confundirá ternura con sexo, adaptación con sumisión, etc. La comunicación que le llega, paradójica y contradictoria, se convierte en un elemento perturbador para la mente del niño. En estos casos “si el menor no recibe una ayuda adecuada, puede quedar atrapado en un vínculo patológico y ver alterada su capacidad para usar la fantasía como elemento de salud y crecimiento” (Álvarez, A., 1992).

Dependencia afectiva y abuso de poder

En el ASI el abusador utiliza y manipula la dependencia afectiva y los niños no encuentran otra alternativa que aceptar esta situación como legítima. Además, el conjunto de comportamientos abusivos, así como sus significados, son camuflados o simplemente negados por el discurso del pedófilo. De esta manera el ASI es presentado al niño como “gestos de amor” y/o “experiencia necesaria” para su iniciación sexual. Intenta, casi siempre, convencer a la víctima de que lo que hace es por su bien y utilizando la relación significativa que tiene con el menor, imponer sus creencias y representaciones del mundo en las cuales está contenida la “normalidad” de los gestos abusivos. Al mismo tiempo el abusador le exige lealtad absoluta, impidiendo la expresión del malestar que la situación provoca. Se instaura la ley del secreto.

En el mundo ASI todo está premeditado. El agresor sexual no hace un abuso casual. Es un comportamiento que se va generando y que requiere una planificación del acto. A diferencia de otros tipos de violencia como el maltrato físico o psíquico, que puede ser por desbordamiento o de carácter impulsivo, en el ASI se sigue un plan de acción. Inicialmente se sirve de la seducción y la manipulación para pasar gradualmente a la amenaza directa a medida de que el menor se da cuenta y se rebela.

Es importante recordar que muchos niños viven años inmersos en situaciones abusivas antes que sean detectadas o las puedan explicar y no tienen, o no encuentran, otra alternativa que sobrevivir adaptándose al abuso de poder. Cuando no son ayudados precoz y eficazmente, pueden desarrollar estrategias autodefensivas. En el caso del ASI, muy a menudo, es la identificación con el papel de víctima, en el que pueden quedar instalados a lo largo de la vida. Los afectos de miedo, vergüenza y culpa (consciente o inconsciente) arraigan profundamente en la personalidad convirtiéndose en objetos de otros malos tratos como puede ser la violencia de género, la intrafamiliar, el bulling, etc.

ASI factor de riesgo

El trauma puede afectar de manera temporal o permanente, pero siempre el ASI representa un factor de riesgo en la psicopatología adulta. Aunque no hay una sintomatología específica, si se describen fenómenos que acostumbran a aparecer en las personas que lo han padecido, como son la reexperimentación de la vivencia, la evitación de lugares, cambios de humor asociados a cualquier recuerdo del suceso traumático y un gran abanico de malestares psicológicos como ansiedad, depresión, infravaloración, problemas de la conducta alimentaria, adicciones (tabaquismo, alcohol, drogodependencias) y en casos más graves, trastornos de personalidad y episodios psicóticos.

Una fórmula habitual de soportar el sufrimiento que provoca el ASI es la disociación entre cuerpo y mente mientras se produce el abuso. Es como si el menor dijese: “te dejo mi cuerpo y me voy”. La autoridad, la seducción, el miedo, la vergüenza les paraliza y se someten a la voluntad del agresor. Se olvidan de sí mismos, desaparece su self y dejan su cuerpo. Ese mecanismo de separación repetido puede provocar la pérdida total o completa de la integración normal de los recuerdos del pasado. Cuando el niño se recupera del abuso vivirá mucha confusión, estará dividido sintiéndose a la vez inocente y culpable. A veces llega a romperse la confianza en sus propios sentidos, en lo que perciben o sienten que ha sucedido. En sus relatos, con alta frecuencia, comentan que no saben cuándo empezó, cómo acabó, el tiempo que duró y en algunos casos, si en realidad pasó.

Invisibilidad y silencio

Una variable muy importante vinculada al poder traumático de estas experiencias es la visibilidad o invisibilidad del maltrato. El abuso sexual es parcialmente invisible ya que los indicadores directos, muy a menudo, están ausentes (no acostumbra a haber lesiones físicas); como no hay señal directa en el cuerpo es muy difícil reconocerse como víctima. Ser vistos, escuchados, cuando atravesamos un conflicto, nos confirma que lo que vivimos es o ha sido real; que no mentimos, que no estamos locos. Si alguien lo ve, si da credibilidad a lo que nos pasa, entonces eso “existe”.

El ASI sucede casi siempre rodeado de silencio, lo que lo hace más invisible. El silencio es uno de los principales problemas para detectarlo. Los niños no hablan de estas vivencias cuando están pasando, solo algunos adultos se animan hablar de los abusos sufridos en la infancia. Los motivos del silencio son variados, el principal es que los menores puedan reconocer el ASI como tal. Si el niño no tiene todavía la idea de qué es un abuso para poder entender lo que le está pasando, difícilmente lo podrá registrar como una acción anómala. Como dice W. Bion: “el qué, va antes que el por qué”.

Una vez reconocido pueden mantener el silencio por el temor a que explicarlo sea una suerte de traición al abusador, generalmente alguien también apreciado por el niño. Y a menudo, callan también por el miedo a las repercusiones, tanto por las amenazas del abusador (omertà o silencio impuesto) como por la respuesta del ambiente. Separaciones, rupturas familiares o suicidios pueden ser algunas de ellas.

Si a pesar de todo, el menor toma la fuerza suficiente para hablar todavía quedará un escollo a salvar: ¿le creerán? Si la familia, o cualquier otra persona de confianza a la que el niño denuncia el abuso, no le cree, duda de la veracidad de su relato, no le da el valor suficiente o incluso creyéndole le anima a callarse, añade un nuevo acto de violencia sobre su psiquismo (Royo, R., 2007).

El menor empieza a reconocer que si rompe el silencio la mayoría de las amenazas del abusador se cumplirán: si hablas no te creerán, la familia sufrirá o se romperá… ¡Sacrifícate para que la familia esté bien! El miedo a generar dolor y preocupación en la familia le retiene y se pasa el sufrimiento solo. Entonces puede haber acabado el ASI, pero el abuso de poder ¿cuándo acabará?

El cuerpo como escenario

Desde nuestra perspectiva de trabajo estamos acostumbrados a pensar en las repercusiones psicológicas del ASI, pero cuando el valor de lo traumático excede lo mental, el cuerpo, como escenario donde sucede el abuso, también puede sufrir parte de las consecuencias.

Actualmente, al haber una mayor visibilidad social del ASI, se realizan también estudios sobre salud física. En ellos se muestra su asociación a determinadas alteraciones somáticas y se está empezando a reconocer el ASI como un factor de riesgo para la salud física. Enfermedades y alteraciones orgánicas como son: ictus, cáncer, cardiopatías, problemas gastrointestinales, hipertensión, diabetes, obesidad, o fibromiálgia pueden ser secuelas del abuso (Natal, A., 2010).

Repercusiones sociales

Una tercera área de afectación, además de la mente y el cuerpo, es el medio social del menor. No es infrecuente que aparezcan dificultades sociales como el aislamiento, la estigmatización y la revictimización. Este último concepto que está tomando mucha relevancia, trata sobre los efectos nocivos dependientes del todo el sistema de protección.

La yuxtaposición de objetivos jurídicos, sociales, psicológicos, pedagógicos o médicos sin una matriz que les de coherencia y el simple “amontonamiento” de profesionales, que deriva en la superposición de revisiones médicas o entrevistas (que saturan por la cantidad, pero que no profundizan en calidad) y la inespecífica respuesta policial entre otros, expresan la falta de adecuación de procedimientos y abona el terreno para que la persona vuelva a estar en la posición de víctima. Actualmente se está trabajando para reducir al máximo estas consecuencias.

Transmisión generacional del trauma

Por último quisiera considerar la transmisión generacional del trauma (Tisseron, S. et al., 1995). Generalmente un maltrato de estas características no queda limitado al menor que lo padece sino que los afectos que le acompañan pueden transmitirse a la siguiente generación. A menudo se observa la trasmisión inconsciente de sentimientos de vulnerabilidad, como es el caso bastante frecuente de personas que habiendo sufrido ASI no pueden proteger adecuadamente a sus descendientes. En los estudios se muestra como indicador para poder sufrir ASI que uno de los progenitores lo haya sufrido.

Concluyendo

A pesar de no poder generalizar, se puede asegurar que el ASI posee un alto valor traumático y sus repercusiones aparecen en todos los ámbitos del menor: físico, psíquico y social, dejando al niño en un estado de vulnerabilidad generalizada. Cuando alguien abusa de un menor, abusa de algo más que un cuerpo, toquetea algo más que la piel, incluso aquello que no puede tocarse: los sentimientos, la dignidad, la mente. Como dice un antiguo proverbio italiano: “Cuando el diablo te acaricia, quiere tu alma”.

Para acabar con una nota de esperanza, más allá de la dureza del ASI, se observa que una buena utilización de la función reflexiva facilita la recuperación del trauma al darle cierto sentido al comportamiento del abuso y evitando de esta manera la repetición de conductas (Fonagy, P., 2001).

Mantener una función reflexiva suficientemente buena puede explicar por qué muchas personas que en la infancia han sufrido violencia sexual no se han convertido en abusadores y logran tener buenas cualidades personales y relacionales. La experiencia de dos mentes que trabajan juntas en una relación terapéutica psicoanalítica, puede ayudar a recuperar y mejorar la función reflexiva que pudo haber sido activamente dañada, para de esa forma, poder enfrentarse a la experiencia traumática con suficiente salud.

Referencias bibliográficas

Bion, W.R. (1967), Volviendo a pensar, Buenos Aires, Hormé-Paidós.

Cyrulnik, B. (2002), Los patitos feos. La resiliencia: una infancia infeliz no determina la vida, Barcelona, Gedisa.

Fonagy, P. (2005), “Attachment, trauma and psychoanalysis: Where psychoanalysis meets neuroscience”, Ponencia presentada en el 44º Congreso de la IPA, Rio Janeiro.

Natal, A. (2010), “El matractment infantil. Delicte o problema de salut?”, Revista Catalana de Pediatria.

Royo, R. (2007), “Del Silenci paraules. El maltractament a la infancia”, Revista Aloma, Facultad de Psicología Blanquerna, núm. monográfico conmemorativo del 150 aniversario del nacimiento de Sigmund Freud, pp. 183-200.

Shane, E. y M. Shane.,(1990), “Object loss and selfobject loss”, The Annual of Psychoanalysis, Hillsdale, NJ, The Analytic Press.

Tisseron, S., y otros. (1995), El psiquismo ante la prueba de las generaciones, Buenos Aires, A. E.

Winnicott, D. (1965) “El concepto de trauma en relación con el desarrollo del individuo dentro de la familia”, Exploraciones psicoanalíticas I, Buenos Aires, Paidós.

Resumen

El Abuso Sexual Infantil (ASI) posee un alto valor traumático por su capacidad para generar sufrimiento y porque las repercusiones del mismo se dan en todos los ámbitos del menor: físico, psíquico y social, dejando al niño en un estado de mayor vulnerabilidad.

Habitualmente el ASI no es un hecho aislado en la vida del menor. Bien al contrario, es un cúmulo de sufrimientos que determinarán en gran parte su personalidad, la manera de ser y de relacionarse. Son sucesos que muestran la alteración de los vínculos dentro de la estructura y dinámica familiar o de los contextos de seguridad del menor.

La asimetría basada en la edad, la vulnerabilidad del menor y, a menudo, la dependencia respecto del adulto, facilitan el abuso de poder que siempre existe en este tipo de violencia. El silencio al que el abusado se ve abocado facilita y mantiene la relación abusiva.

Summary

Child Sexual Abuse (ASI by its Spanish acronym) has a high traumatic value for its capacity to generate suffering and because the effects of it impact in all areas of the child: physical, mental and social, leaving the child in a state of greater vulnerability.

Usually, the ASI is not an isolated fact in the child’s life. On the contrary, it is an accumulation of suffering that will largely determine his personality, the way of being and relating. They are events that show the alteration of the links within the family structure or the security contexts of the child.

The assymetry based on age, vulnerability of the child and often, dependence on adults, facilitate the power abuse that always exists in this type of violence. The silence to which the child is forced facilitates and maintains the abusive relationship.

© 2016 TEMAS DE PSICOANÁLISIS Núm. 12 – Julio 2016

Royo – SUFRIR A.S.I

InDISCutible descargable en web y Cineforum

Os informamos que ya están disponibles los vídeos de InDISCutible en el sitio web www.indiscutible.cat. Se trata de un material único e imprescindible para reflexionar sobre el derecho de las personas con discapacidad a disfrutar de una sexualidad libre, plena y consentida.

Cineforum 

Por otra parte, os hacemos saber que hemos organizado dos cinefórum con la presencia de una parte del equipo participante en el proyecto en la sede de la Fundación Vicki Bernadet (C/ Taquígraf Martí, 30-32, Barcelona).

Las sesiones serán:

–          Martes 20 de septiembre a las 18.00 horas

–          Jueves 22 de septiembre a las 10 horas

Aunque la entrada es gratuita, agrademos que, para a gestionar mejor la sala nos confirméis la vuestra asistencia a través del correo electrónico: programapad@fbernadet.org